Tres factores que determinan la eficacia del vidrio que evita los impactos de las aves
El vidrio es una de las mayores fuentes de peligro para las aves, pues no son raras las ocasiones en que no detectan esas superficies transparentes y son víctimas de un error mortal.
Tres son los criterios que acreditan que un vidrio protector es eficaz y convierten ese elemento constructivo invisible en un obstáculo visible para las aves. Si echamos un vistazo al proceso de desarrollo hasta llegar al nivel actual de la técnica, conoceremos cuáles son y veremos que no siempre han sido así.
La reflexión del vidrio se interrumpe puntualmente
Antes se utilizaba un CD reflectante, una cortina o un adhesivo en forma de pájaro de color negro para impedir la colisión, por ejemplo, en fachadas o invernaderos. Aunque estas medidas perdían rápidamente su efecto ahuyentador, el planteamiento de estas soluciones cumplía dos criterios que forman parte de las funciones de protección actuales: por un lado, se muestra al ave un obstáculo en la cara externa de la superficie transparente que el animal identifica como algo que no puede atravesar. Por otro lado, la reflexión se interrumpe con un objeto y el reflejo de árboles, arbustos o el cielo pierde su fuerza de atracción. El Dr. Thomas Rainer, apoderado y director de desarrollo del proveedor de sistemas láser HEGLA boraident, trabaja desde 1995 en el diseño de vidrios que evitan el impacto de las aves. Como su trabajo de doctorado versaba sobre el tratamiento del vidrio con láser, enseguida se le ocurrió la idea de utilizar el láser para conseguir una función protectora.
El patrón protector en posición uno consigue que a las aves no les resulte atractivo aproximarse
«Gracias a la precisión del láser se puede llevar a cabo el tratamiento sin dañar la superficie», explica Thomas Rainer. «Queríamos aprovechar las propiedades de la hoja utilizando el revestimiento existente para confeccionar vidrios que evitan el impacto de las aves». Mediante el tratamiento en forma de puntos de las capas de protección térmica de la cara interior (posición 2) surgió un patrón que, adaptado a la envergadura de la mayoría de las especies de aves, hace que parezca imposible atravesarlo volando. En conjunto, este procedimiento permitió conseguir una buena protección. «Ahora bien, en los últimos años los conocimientos científicos han evolucionado y apuntan a que la función protectora no debe estar localizada en el espacio intermedio sino en la cara exterior y, por tanto, en la posición uno». El motivo radica en las propiedades reflectoras de la superficie del vidrio. Dependiendo de la posición del sol y del entorno reflejado, la interacción de todos los factores puede hacer que el ave no pueda detectar la estructura del espacio interior de la ventana y eso reduce transitoriamente la eficacia de la estructura de protección frente al impacto de las aves en la posición dos. Por eso, en el procedimiento de impresión láser patentado de HEGLA boraident las estructuras funcionales se emplazan en la cara exterior (posición 1).
Puntos de colores sólidos, resistentes a la luz y al rayado, con reflexión modificada
Básicamente este acabado es el resultado de sopesar distintos intereses. «Desde un punto de vista arquitectónico, el vidrio se utiliza para permitir que entre la máxima cantidad de luz posible en un espacio y para dar impresión de apertura al entorno. Pero precisamente eso supone un peligro para las aves porque no pueden percibir esa superficie», explica Thomas Rainer. Por tanto, el objetivo tenía que consistir necesariamente en combinar de forma adecuada esas exigencias con una sobreimpresión transparente. Para ello el acabado se realiza en forma de puntos semitransparentes con un diámetro de entre 5 y 9 mm y una distancia de separación de entre 50 y 100 mm. Para poder satisfacer los requisitos especiales de la posición uno, esos puntos son de colores sólidos y resistentes a la luz, al rayado y a las inclemencias atmosféricas.
Pero si se desea que la sobreimpresión sea un elemento de diseño visible, también se puede efectuar en forma opaca en toda la superficie o en parte de ella. Ambas variantes tienen algo en común: como primer criterio protector, está la imposibilidad de atravesar volando en posición uno. Como segundo factor, se interrumpe discretamente el reflejo del vidrio y se adapta la reflexión de tal forma que el ojo del animal recibe una segunda señal de advertencia.
La dispersión como característica adicional
Como tercer factor, con la impresión funcional láser también se modifica la dispersión de la luz ofreciendo una protección, tanto en el ámbito de los rayos UV como en el de la luz visible, que consigue que no resulte atractivo acercarse volando.
El ojo humano apenas puede percibir esos puntos o patrones ya que son semitransparentes y producen una sensación estética debido a su uniformidad. «Para nosotros era muy importante demostrar científicamente la eficacia de nuestra estructura de protección frente al impacto de las aves», explica Thomas Rainer. Por eso el año pasado el proveedor de sistemas láser decidió encargar a la American Bird Conservancy de Estados Unidos las pruebas de eficacia de diversos vidrios con distintos revestimientos y patrones de protección frente al impacto de las aves. Se consiguieron alcanzar factores Thread entre 13 y 27. Para poder obtener la clasificación como vidrio que evita los impactos de las aves hay que sumar un valor de 30 o menos. Este test es obligatorio por ley en Estados Unidos. En Alemania no hay ninguna normativa al respecto. En cualquier caso, sobre todo para los arquitectos siempre es más importante poder demostrar la sostenibilidad de sus edificios.
Estructura de protección frente a impactos de aves en vidrio flotado, vidrio templado, VLS y unidades de vidrio aislante
El procedimiento láser de HEGLA boraident permite realizar el acabado de hojas de vidrio flotado, VLS y vidrio templado y también de unidades de vidrio aislante en cada paso de producción y como piezas aisladas o en serie. «La mayoría de nuestros clientes efectúa la sobreimpresión al final de la fabricación. Así, este paso de producción es independiente del flujo de vidrio y también se puede llevar a cabo a posteriori», recalca el Dr. Rainer.
El tratamiento se realiza con el sistema láser de Laserbird, que ofrece más acabados como, por ejemplo, los que dejan pasar las ondas de telefonía móvil.
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