"Nuestro trabajo de desarrollo se basó en la pregunta de cómo gestionar las hojas de vidrio defectuosas y el vidrio usado de una manera más respetuosa con los recursos y económica", afirma Heinrich Ostendarp, director general de HEGLA. Para garantizar la máxima compatibilidad de las hojas de vidrio, el objetivo era poder retirarlas del distanciador de forma limpia y sin dañarlas, mediante un proceso fiable y con una alta productividad. "Gracias al nuevo proceso de separación desarrollado, durante el proceso automatizado solo queda una cantidad mínima de compuesto de sellado en la superficie de la hoja de vidrio". Para ello, la medición de las dimensiones del aislamiento y de la estructura del vidrio aislante se realiza de forma totalmente automática. Una vez separado el vidrio del laminado, este puede reciclarse sin pérdida de calidad de la materia prima. Al igual que las hojas, también los distanciadores no afectados, incluido el desecante intacto, pueden desecharse por separado o reutilizarse.

El reciclaje por separado de los distintos tipos de vidrio aporta ventajas con respecto a la utilización de contenedores mixtos. Una separación y clasificación profesional de las hojas genera un valor económico añadido. Asimismo, tiene un efecto positivo para el medio ambiente: las hojas de vidrio retornan a la cuba de flotación, cerrando el círculo del material y manteniendo la alta calidad de la materia prima. Además, un kilogramo de vidrio flotado producido a partir de vidrio usado emite alrededor de 0,3 kilogramos menos de CO2 en comparación con el uso de un lote de vidrio clásico.

Además del reciclaje selectivo por tipo de material, la reutilización de las hojas de vidrio no dañadas constituye otra opción para aumentar la tasa de reciclado. "La separación y reparación cobra sentido, especialmente en el caso de unidades de vidrio aislante de nueva producción, gran formato y alta calidad, si se hace de forma productiva y segura", afirma el director general. Si, a pesar de todas las precauciones, aparecieran impurezas o defectos superficiales en un laminado aislante recién fabricado, se podrá retirar el cristal limpiamente y, en caso necesario, desechar la hoja de vidrio defectuosa. Las láminas restantes quedan disponibles para su procesamiento posterior. Este procedimiento puede resultar económicamente interesante, en especial para revestimientos especiales, vidrio templado de seguridad o vidrio laminado de seguridad, así como estructuras complejas y de gran tamaño. "Nuestra solución agiliza y simplifica un proceso que en muchas empresas se realiza manualmente y depende sobre todo de la habilidad del empleado", subraya Ostendarp.

En caso de que la reparación no pueda realizarse en el proceso de producción en curso o si no se dispone de un corte especial, se contará con una tercera opción. El vidrio, limpiamente separado del butilo y del sellador, puede planificarse para utilizarse en pedidos posteriores y cortarse a un tamaño más pequeño. Las aplicaciones incluyen vidrio laminado de seguridad y vidrio especial con un acabado de alta calidad o vidrios especiales ya no disponibles.

Pregunta: La separación de unidades de vidrio aislante es un proceso que a menudo los procesadores de vidrio han evitado por el tiempo y el coste que conlleva. ¿En qué medida ve un cambio en este sentido?

Dr. Ostendarp: En este sentido, la tecnología de separación automatizada cambiará la posición de partida. Además de aumentar la productividad y la seguridad, se obtiene una mayor calidad en la separación y, en consecuencia, se obtienen hojas más limpias y el distanciador, con su desecante, permanece inalterado. El proceso de separación de vidrios aislantes en sí es cada vez más interesante desde el punto de vista económico, ya que las hojas de vidrio son cada vez más grandes y aumenta la proporción de vidrios especiales. En el caso de una unidad de cristal pequeña con dos láminas flotantes sencillas, los costes y beneficios deben sopesarse individualmente. Sin embargo, si se incluye una hoja de vidrio laminado de seguridad, un revestimiento especial o un vidrio templado de seguridad, la separación resulta cada vez más atractiva. Y lo mismo ocurre si en la reparación de una unidad es necesario utilizar una lámina adicional, lo que daría lugar a plazos de entrega o costes más elevados. Por una parte, la eficacia del sistema resulta del ciclo de trabajo. La separación debe automatizarse con tanta rapidez que el medio ambiente se beneficie al igual que el bolsillo. Esta relación seguirá mejorando a medida que aumente el precio sobre las emisiones de dióxido de carbono. Más allá, la reparación o el reciclaje por tipos de material reduce las emisiones de CO2 y contribuye a cumplir los objetivos climáticos.

Pregunta: Usted hace hincapié en el aspecto de la sostenibilidad y la conservación de los recursos. ¿Puede aclararnos esto?

Dr. Ostendarp: Hoy más que nunca están más presentes los objetivos de protección climática. Ahora existen licitaciones que exigen conceptos de reciclaje y mejora de la huella de carbono. Esto hace que la separación del vidrio aislante sea muy interesante solo por razones de imagen. Pero el reciclaje también se traduce en un ahorro de CO2 y reduce el coste de los certificados de CO2 para los fabricantes de vidrio flotado. En última instancia, sin embargo, es necesario que el compromiso también dé sus frutos, lo que puede reforzarse con incentivos económicos.

Pregunta: La separación de unidades de vidrio aislante aún no está muy extendida, pero se le presta mucha atención. ¿Qué expectativas de futuro tiene?

Dr. Ostendarp: Es de suponer que en el futuro habrá más interesados en esta cuestión. En ese momento, la separación de las unidades de vidrio aislante se realizará en parte directamente en el lugar de la obra. Proveedores y compradores pueden reunirse a través de plataformas informáticas. También son concebibles nuevos productos de vidrio, como unidades de vidrio aislante fabricadas íntegramente con hojas de vidrio recicladas. Teniendo en cuenta los precios de la energía, la fundición será aún más interesante, existiendo ya una gran demanda de restos sin mezclar para la cuba de flotación.

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